Rubéola

La Rubéola es una infección de etiología viral, contagiosa. También es denominada “Sarampión alemán”. Generalmente cursa con un cuadro clínico leve. La infección al principio del embarazo, especialmente en las primeras 8 semanas, puede provocar abortos espontáneos, muertes fetales intrauterinas o defectos congénitos.

Debido a que es una enfermedad prevenible con vacunación, los casos deben informarse a las autoridades sanitarias de cada país. Se define la erradicación de la Rubéola como la ausencia de transmisión continua de la enfermedad durante 12 meses o más en una área geográfica específica. Estados Unidos la erradicó en el 2004.

Debido a la vacunación, el número de casos ha disminuído considerablemente. En Estados Unidos se reportan menos de 10 casos anuales.

La Rubéola es una infección por un virus RNA que se disemina a través de gotas respiratorias entre contactos cercanos o por el aire. Los pacientes pueden transmitir la infección desde 7 días antes hasta 15 días después de la aparición del exantema; el período de máximo riesgo es desde algunos días antes de la aparición del exantema hasta 7 días después de su inicio. Los niños con infección congénita son capaces de transmitir la Rubéola durante muchos meses después del nacimiento.

Por medio de la siguiente presentación compartimos la definición, fisiopatología, diagnóstico, tratamiento y prevención de la Rubéola. Te invitamos a revisarla completamente.

Síntomas y Signos

Generalmente la Rubéola cursa con un cuadro clínico leve. Su período de incubación va de 14 a 21 días. Inicia con una una fase prodrómica de entre 1 y 5 días de duración, con febrícula, dolor faríngeo, eritema ocular con o sin dolor, cefalea, malestar general, anorexia y linfadenopatía. Los ganglios linfáticos afectados con mayor frecuencia son los suboccipitales, retroauriculares y cervicales posteriores.

La primera manifestación en los niños a menudo es el exantema. Inicia en la región facial y cuello, de máculas pequeñas, irregulares y rosadas que confluyen y se diseminan en sentido centrífugo para afectar el dorso y las extremidades.

En la faringe pueden encontrarse lesiones diminutas de color rosado, denominadas manchas de Forchheimer o hemorragias petequiales en el paladar blando.

El exantema desaparece sin dejar descamación.

Pruebas de Laboratorio

El hemograma muestra leucopenia, neutropenia y trombocitopenia leve. Serológicamente la Inmunoglobulina M (IgM) puede producir falsos negativos por la presencia de anticuerpos IgG maternos circulantes. El diagnóstico definitivo se hace mediante el aislamiento viral con cultivo o Reacción en Cadena de Polimerasa (PCR).

Síndrome de Rubéola Congénita

Fue descrito por primera vez en 1941 por un oftalmólogo como un síndrome de cataratas y cardiopatía congénita que se asoció correctamente con infección materna por Rubéola a principios de la gestación.

Luego se identificó la hipoacusia como un hallazgo frecuente y asociado a microcefalia. La hipoacusia neurosensorial es el hallazgo individual más frecuente en los lactantes con Síndrome de Rubéola Congénita. La mayoría de estos lactantes presentan cierto grado de Restricción del Crecimiento Intrauterino.

La anomalía ocular más frecuente consiste en los hallazgos retinianos de “retinopatía en sal y pimienta”. El signo ocular más grave es la catarata uni o bilateral, presente en alrededor del 33% de los niños.

Cerca del 50% de estos pacientes tendrán anomalías cardíacas durante las primeras 8 semanas de gestación. El Conducto Arterioso Persistente (CAP) es la más frecuente, seguida de lesiones de las arterias pulmonares y valvulopatías.

Las anomalías neurológicas son frecuentes y pueden progresar después del nacimiento. Entre ellas la meningoencefalitis que puede persistir hasta los 12 meses.

Tratamiento

El tratamiento de la Rubéola es de sostén, sintomático. Suele requerir únicamente el apoyo con analgésicos y antipiréticos. En los casos de complicaciones como la Trombocitopenia grave que no remita se puede administrar Inmunoglobulina y corticoides.

Prevención

Los pacientes con infección posnatal deberían aislarse de las personas susceptibles al menos durante 7 días después del inicio del exantema. En los pacientes hospitalizados se recomienda el aislamiento estándar y respiratorio. Se debe tomar en cuenta que los lactantes con Síndrome de Rubéola Congénita son capaces de excretar el virus en las secreciones respiratorias hasta cumplir 1 año de edad.

La enfermedad se previene con la aplicación de la vacuna, cuya presentación disponible es en combinación con la vacuna contra el Sarampión y la Parotiditis (SRP). Se aplica la primer dosis entre los 12 y 15 meses de edad y la segunda dosis entre los 4 y 6 años. En el caso de no tener evidencia de inmunización en un adolescente o adulto se aplica una dosis tan pronto como sea posible.

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Bibliografía

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